Niños de Jojene beben agua directo del río
Jojene es una palabra warao que traducida al español, literalmente significa “agua amarillenta”. Este el nombre de una comunidad indígena ubicada en la parroquia Manuel Renaurt, municipio Antonio Díaz, estado Delta Amacuro.
Esta comunidad está conformada aproximadamente por 60 familias, cuyo modo de subsistencia es la tala, caza y pesca.
Uno de los habitantes de la comunidad se refirió a la mortalidad infantil en Jojene, “muanabuaja era ja” que en castellano significa “hay varios que se han muerto”, dijo.
En septiembre de 2014, habitantes de la comunidad denunciaron la muerte de entre 50 y 60 como consecuencia de largos periodos de vómitos y diarrea, condición que se mantiene a la fecha.
En su relato, el habitante de Jojene también dijo que el consumo de agua directamente del río podría ser una de las causas de la muerte de la población infantil de esa comunidad.
Las muertes de niños en las comunidades más alejadas de los centros de salud del Delta no son contabilizadas, al no ser registradas no existe un control para investigaciones y estudios sanitarios que permitan determinar sus causas y soluciones.
Aunque actualmente el municipio Antonio Díaz cuenta con tres centros de salud, son más de 200 las comunidades- en su mayoría habitadas por indígenas waraos – que aún no cuentan con un centro asistencial cercano.

Hoy por hoy más del 95% de estas comunidades no tiene los servicios de caminerías, transporte, electricidad, ni mucho menos agua potable.
Según datos del censo realizad por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2011, en el municipio Antonio Díaz se concentra la mayor cantidad de hogares en condiciones de pobreza extrema, con un total de 6.817, situándose así como uno de los municipios más pobres del país.
Otro factor que contribuye a perpetrar el cinturón de pobreza en estos sectores es la falta de atención en materia educativa.
Actualmente los niños y niñas de Jojene no tienen espacios adecuados para ver clases.
Esta denuncia fue ratificada por el diputado regional, Alexis Valenzuela, quien señala además que la deserción escolar culmina este año 2016 con un poco más de 60%.
Cifra alarmante que se suma a la larga lista de denuncias relacionadas con el derecho a la educación en el delta, entre las que destacan la falta de escuelas y docentes en las zonas más alejadas, fallas en el programa de alimentación escolar y la no implementación del sistema de educación intercultural bilingüe consagrado en la ley de pueblos y comunidades indígenas.
Prensa Observatorio de Derechos Indígenas Kape Kape