Una niña indígena de la etnia jivi en Morichalito murió envenenada por un pan que sacó de la basura. Habitantes de la zona advierten que buscar algo de comida entre la basura se está convirtiendo en la triste cotidianidad de muchos de los habitantes de este poblado del municipio Cedeño de Bolívar, especialmente los habitantes de las comunidades indígenas.

La pequeña  Carmen González de apenas 8 años, pescó de entre la basura un pedazo de pan que compartió con su padre, quien también se vio afectado, pero se salvó tras la atención médica que no tuvo el mismo efecto en la pequeña.

Las hermanas de la escuela de Fe y Alegría en Morichalito denuncian esta situación al tiempo que esperan crear conciencia, ya que muchas personas están buscando entre la basura para alimentarse.

“Es mucha la necesidad de alimentos, entonces los niños de las comunidades indígenas se están viniendo al botadero de basura que está hacia la entrada de Puerto Ayacucho a buscar entre la basura qué comer” contó la madre Socorro, docente de la escuela Fe y Alegría Carmen Salles.

La pequeña vivía en la comunidad indígena “La Lajita” junto a sus padres y 6 hermanos. Como la mayoría de los habitantes del sector, sus padres están desempleados y viven de lo que siembran en sus conucos domésticos que ya no son suficiente para que todos los miembros de la familia coman.

Las comunidades indígenas de esta zona del municipio Cedeño están desprotegidas en materia alimentaria, en una zona donde por el difícil acceso es poca la comida que se consigue, además con altos precios.

Cuentan que las bolsas del Clap llegan cada dos meses aproximadamente, pero que la mayoría de los habitantes del sector están desempleados y no pueden comprarlas.

Por otra parte, el programa de alimentación llegan a las escuelas con pocos alimentos y cubren sólo entre 2 o 3 días de la semana.

Con información Radio Fe y Alegría Noticias