Escuelas del Delta se caen a pedazos
Escuelas derrumbadas, infraestructuras deterioradas, niños sin aulas de clases y comunidades abandonadas es el balance que presenta la educación en el Delta del Orinoco.
El panorama no es nada alentador luego de recorrer las escuelas de Delta Amacuro, 8 de las 10 escuelas visitadas, tienen infraestructuras deterioradas. Las instituciones pertenecen a los dos municipios indígenas de la entidad: Pedernales y Antonio Díaz.
La Escuela Unitaria de Musimurina, ubicada en la parroquia Manuel Renauld, municipio Antonio Díaz, tiene más de cinco años derrumbada, la Escuela Bolivariana de las Culebritas, tiene más de dos años abandonada por el deterioro de sus espacios.
En la Unidad Educativa Winamorena I y II, el río se encargó de llevarse las cominerías y las aulas están tomadas por avisperos y murciélagos.
La escuela de Cangrejito, una populosa comunidad en la orilla del Atlántico, tiene las paredes y el piso totalmente hundido y los maestros desaparecieron desde hacen tres meses. Situación que afecta a más de 600 estudiantes waraos.
La situación no es mejor en la Escuela Bolivariana 12 de Febrero, en Isla Nueva, municipio Antonio Díaz, sus aulas, caminerías y paredes no soportan la presencia de niños en el lugar por el deterioro total de la infraestructura.
En la Escuela Bolivariana de Jobure, las actividades académicas se realizan a medias, con los niños sentados en el piso, sin pupitres, las cominerías en completo deterioro y sin transporte escolar “se hace lo que se puede” señala su director.
Otras escuelas con larga tradición como la Escuela Divina Pastora de Araguaimujo, con 93 años de fundada, atraviesan la disminución paulatina de su matrícula, los representantes denuncian la deficiencia de alimentos en el comedor y la falta de transporte que dificulta el acceso de sus estudiantes a la educación.
En Curiapo, la capital del municipio Antonio Díaz, la población escolar utiliza balsa para llegar hasta su institución educativa ante el colapso del transporte escolar, situación que afecta a más de 400 estudiantes en el sector.
La educación es una de los principales mecanismos para el progreso de las sociedades, especialmente en aquellos sectores más vulnerables, donde abundan las carencias y desigualdades.
Kapé Kapé una vez más recuerda la obligación que imponen las legislaciones nacionales e internacionales al Estado sobre la garantía de una educación de calidad e inclusiva.