Indígenas del Caura y Erebato están en desacuerdo con el retorno de las clases presenciales
A pesar de los esfuerzos de los docentes indígenas y los líderes tradicionales de las escuelas del eje Alto y Bajo Caura y Alto Erebato, el presente año escolar termina con marcados niveles de deserción.
A lo largo del año académico el personal que se mantiene activo en las escuelas, así como los padres, representantes y hasta la comunidad trabajaron incluso con recursos propios para cumplir con el desarrollo de las actividades en estos apartados territorios del estado Bolívar.
Afirman que cada vez es más pronunciado el deterioro de las escuelas indígenas y por esa razón, están en desacuerdo con el retorno a las clases presenciales anunciado por el presidente Nicolás Maduro. Los cuatro centros educativos de la zona presentan un 85% de deterioro en su infraestructura.
Al deterioro de las infraestructuras escolares, Alexander y Alfredo Apiama, ambos de la etnia Sanema, agregaron la necesidad de garantizar la salud de los maestros y estudiantes por la pandemia.
Los maestros y padres y representantes consideran que volver a las aulas de clase de manera permanente sería poner en riesgo la salud de los estudiantes indígenas y de las comunidades en general ante la pandemia por la Covid-19, especialmente considerando la poca la asistencia médica reinante en las comunidades indígenas.
Por otra parte, está el problema con el combustible para la movilización desde y hasta las comunidades fluviales. Lo que implica que movilizarse diariamente signifique un costo muy grande para alumnos y maestros.
Los líderes de la zona plantean que el alto costo de la vida empuja a los maestros a dejar la docencia, pues el sueldo no les alcanza para cubrir sus necesidades y la de su entorno familiar. Muchos tienen que salir a buscar otro tipo de trabajo para llevarle comida a sus hijos.
Cada día son más los maestros que prefieren ir a las minas, vender mañoco, casabe, plátano o pescado, en lugar de trabajar la docencia.