Habitantes del sector indígena uwottuja de Alto Carinagua, en Amazonas, están esperando que arranquen los trabajos de reparación de la biblioteca y el centro de informática de la Unidad Educativa “La Independencia”.

La infraestructura y equipos de ambas instalaciones se vieron afectadas por un incendio ocurrido este año, presuntamente por un corto circuito.

La Unidad Educativa “La Independencia” tiene una matrícula de aproximadamente 500 estudiantes, desde preescolar hasta 5to año de media general, todos indígenas, mayoritariamente del pueblo uwottuja, quienes viven en los alrededores de la sede educativa.

Como resultado del incendio hubo perdida total en la biblioteca y el centro de informática, y adicionalmente, toda la institución quedó sin servicio eléctrico.

Hasta el momento las autoridades no se han manifestado sobre la recuperación de estos espacios, aún cuando el gobierno nacional ha anunciado su disposición de reactivar las clases presenciales el venidero periodo académico.

La pandemia ha empeorado las condiciones educativas en las comunidades indígenas, en clara violación del derecho a la educación de los niños y niñas. Otra de las consecuencias de la suspensión de las clases presenciales es el deterioro acumulativo de las infraestructuras educativas.

En el informe sobre deserción escolar realizado por Kapé Kapé en 2019, el 95% de los estudiantes reportó que las mismas están en condiciones entre regulares y deplorables, y que éstas no cuentan con servicios básicos como agua, recolección de basura, propiciando de este modo que los centros educativos sean espacios de insalubridad y cultivo de enfermedades.

La situación de las escuelas y de la educación en los sectores indígenas sigue agravándose con el tiempo y que afectan no sólo el presente, sino el futuro de las comunidades indígenas, por lo que deben ser punto de agenda permanente en todos los niveles de gobierno de nuestro país.